Mi pasión por la cocina
Mi pasión proviene de mi madre y mi abuela.
Mi abuela trabajó desde los 9 años en distintas casas, cuidando de los niños y haciendo las comidas. Aunque no le gustaba la cocina, adquirió tanta experiencia que ahora es la persona que mejor se le da del mundo. Dice que es porque lo hace “con amor”. Yo no sé cuál es el truco, pero sus comidas, riquísimas y reconfortantes, me inspiraron a aprender a cocinar.
Mi madre es quien realmente me ha enseñado, es quien me presta sus libros de recetas y la primera persona que prueba mis inventos culinarios. Es mi mayor crítica y mi mejor pinche.
La familia es sin duda el mejor ingrediente de mi cocina.